sábado, 6 de diciembre de 2008

Sábado 22 de Noviembre: Mi decisión

Sábado 22 de Noviembre


Estuve sentado en el sofá de mi casa. Mi familia estaba a mi alrededor. Maria estaba afuera de mi casa.
Mi familia estaba extrañada porque yo les había dicho que quería hablar con ellos.

-Dime que sucede Vaynard, ¿De que nos querías hablar?- me dijo mi madre
-Bueno pues…la verdad no es fácil de decirlo
-¿Qué? ¿Estas bien?- me dijo mi hermano
-Si..Bueno no..Bueno…mas o menos.
-Pero dinos que te pasa Vaynard, ¿reprobaste un curso? ¿Te botaron del trabajo? ¿Embarazaste a alguien? ¿Eres gay?..¡Dinos que te pasa!-mi madre estaba poniéndose nerviosa
-No, no, no, y doble no. No es nada de eso
-Entonces…-mi hermano intervino- ¿Qué es?

No sabia si decírseles. No me lo iban a creer. Y es que, no es normal decirles a tu familia “Soy un vampiro, me alimento de sangre para vivir”

-Bueno, soy un vampiro.

Por un momento mi casa quedo en silencio.

-Eres un ¿Qué?- mi hermano me pregunto
- Un vampiro
-¡Caray! Vaynard, se que te gusta leer cuentos de vampiros y todo eso pero….¿No crees que ya eres muy grandecito para creer en vampiros y todo eso?- Me dijo mi madre en un tono muy burlón
-Pero es cierto, los vampiros existen- afirme
-Si, si…los vampiros “existen”-dijo mi hermano sarcásticamente

Eso me hizo enojar mucho. Mi hermano es menor que yo, pero aun así se cree mucho, se cree mas inteligente que otros, hay veces que no lo aguanto. Pero esta vez me hizo enfurecer de verdad.

Me levante del sofá y lo mire fijamente y con furia

-¿Crees que estoy mintiendo?
-Mmmm….déjame ver……si

Fue ahí donde la cara de mi hermano paso de altanería a horror. Era lógico, estaba viendo lo mismo que vio el pandillero que asesine la noche anterior, mis ojos estaban rojos.

-Pero que caraj….
-¿Qué? ¿Aun no me crees?-Le dije sonriendo, mostrándole mis colmillos.

Mi madre se llevo la mano a su boca para acallar un grito de horror.
Mi hermano estaba temblando de miedo; hasta que por fin me creyó, pensé.

-Es fácil hablar de algo que no conoces, hermano. Es cuando yo digo que Dios no existe y ustedes me dicen que si, ¿Por qué? ¿Lo han visto alguna vez?- hice una pausa y proseguí- En cambio yo les digo que los vampiros existen, incluso les digo que soy un vampiro ¿Y aun así no me creen? ¿Es acaso necesario mostrarles pruebas de lo que soy?

-Eres un demonio- Me dijo mi madre llorando

Eso me hizo sentir mal.

-Madre, ¿Crees que seria capaz de atacarlos?, Si ustedes son mi sangre, son mi familia. No pienso atacarlos.
-¿Y ya mataste?-dijo mi hermano tratando de reponerse del susto
-No-mentí

Fue una situación muy incomoda, mi madre lloraba, mi hermano estaba asustado y yo pues estaba normal aunque no quería estarlo. quería estar tan afligido como ellos dos estaban, pero no pude. Y es que, al convertirte en vampiro (creo yo), pierdes algunas emociones comunes de los humanos. Además el asesinar a un ser humano en algunos casos te genera locura pues hay personas que no pueden vivir sabiendo que mataron otra persona. Pero en mi caso era distinto pues yo había decidido la noche anterior con Maria que, si iba a asesinar humanos estos tendrían que ser personas que sus vidas no valgan nada o que estén desperdiciando sus vidas en drogas, alcohol o robando.

Ya eran las 6 de la tarde, prácticamente ya no había luz. Mire a mi madre y a mi hermano, les sonreí y les dije

-No querrán tener a un mounstro como yo, así que me retiro.
-¿A dónde vas?- me pregunto mi madre
-Pues…no lo se…a algún lugar.
-Hoy te quedas aquí
-No, lo siento

Me dirigí hacia la puerta, la abrí y salí de la casa. Antes de cerrar la puerta les dije que los vendía a visitar si ellos así lo querrían. Cerré la puerta

Vi a Maria que me esperaba con una sonrisa.

-¿Fue fácil?
-No, por supuesto que no
-Entiendo, y ahora ¿Qué piensas hacer?
-Pues buscar al causante de esto
-¿O sea a tu creador?
-Si
-¿Y que vas a hacer cuando lo encuentres?
-Pues preguntarle algunas cosas, la cura de este problema y luego…lo matare
Maria me miro asombrada
-¿Te vas a vengar?
-Si
-Grandioso, el vampiro vengador, ¿Cómo quieres que te llame? ¿Drácula?-Me dijo María en tono burlón con una sonrisa.
Yo la mire y le sonreí
-Solo llámame Vaynard.
Y así nos alejamos de mi casa agarrados de las manos rumbo a nuestra aventura


Vaynard



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