miércoles, 14 de abril de 2010

El pacto de sangre (Parte I)

Estaba sentado en una mesa del Taita tomando ya mi tercer vaso de sangre. Había usado la habilidad de Dominación para que el mozo me sirviera un vaso tras otro de sangre.
Estaba tomando mirando a la nada, parecía un ebrio que no le importara su vida. Y en realidad en ese momento ya no me importaba nada, ya no me importaba quien era mi creador, ni si esto del vampirismo tiene cura, ya no me importaba nada de nada. Solo quería seguir tomando sangre, embriagarme de sangre hasta no recordar nada y dormir para siempre.

-Señor, le sirvo otro vaso.
-Si, tu solo sirve hasta cuando yo te ordene que te detengas ¿Entendido?
-Si señor-Me respondió el mozo sirviéndome otro vaso de sangre.

Tome del vaso, ya ni la sangre me hacia sentir bien, había perdido el gusto por todo lo que hay en el mundo.

-Aquí estas

Levante la mirada para ver quien me estaba buscado. No era nada menos que Karl.

-Ah…Eres tu ¿Qué haces aquí?
-Vine por un trago, y de paso a buscarte. ¿Tu que haces aquí?
-¿Qué hago? Pues tomando un trago ¿A que más se puede venir a un bar si no?
-Tienes razón ¿Esta ocupado el sitio?
-No

Karl se sentó frente a mi. Sus ojos azules y fríos estaban clavados en mi.

-¿No vas a preguntar que paso con Degónius?
-Déjame adivinar, lo persiguieron pero no lograron atraparlo ¿Verdad?
-Si, es muy cobarde ese Tremere.

Tome un trago de sangre y seguí mirando al vacío.

-¿Te pasa algo? Estas…
-¿Estoy raro?
-Si, raro.

Deje el vaso en la mesa y mire a Karl.

-Me he dado cuenta que los humanos a los que tanto defiendo son muy…
-¿Estupidos, idiotas, insignificantes?
-Traidores.
-¿Y recién te das cuenta de eso?
-Si, no creí que todos sean tan chantajistas, tan volubles…
-Pero así son, no entiendo por que tanto afán por defenderlos.
-Si, ahora ya entiendo el por que odias a los humanos, pensé que solo era por tu mala experiencia con Catherine, pero…
-¿Catherine? ¿Quién te contó de ella?
-Vladimir ¿Quién mas?
-Ese vampiro bocón…
-Descuida, estoy de tu lado ahora, los humanos son de lo peor.
-Para que digas eso pues un humano te debe haber hecho algo malo.
-María. Se fue con una Ghoul llamada Bianca.
-¿Con una Ghoul?
-Si, una Ghoul.
-No sabía que existían.
-Pues al parecer si existen, y María se fue con una Ghoul por que esta le prometió que le presentaría a un vampiro y la convertiría en uno de nosotros.
-¿En uno de nosotros? Lo dudo.
-¿Así?
-Mira, no conozco muchos vampiros, solo a algunos de mi Clan y a Beckett. Pero lo que si se es que si un humano busca a un vampiro lo único que encontrara será la muerte.
-Entonces María esta peligro, tengo que…
-No tienes que hacer nada. Ya no te preocupes más por esos simples e insignificantes humanos-Dijo Karl llamando con una seña al mozo.

El mozo se acerco a nuestra mesa, era el mismo que me había atendido y aun seguía con el efecto de Dominación.

-Tráeme un vaso de sangre y que sea rápido, escoria humana.-Le dijo Karl al mozo.
-Si señor, de inmediato.

Karl volvió a dirigirme la palabra.

-Entonces, si no tienes nada que hacer esta noche ¿Podríamos terminar nuestro asunto pendiente?
-Si, podríamos, pero…
-¿Pero?
-Tengo una cita con alguien.
-¿Una cita? ¿Con alguna humana?
-Si
-¿Tan rápido te olvidaste de tu “amada” María?
-¡Ya no es mi amada!-Le dije furioso.
-OK. No te tienes que enojar tanto.
-Entonces no me hagas enojar.

El mozo volvió con el pedido de Karl.

-Gracias escoria, puedes irte.
-Si señor.

Karl esbozo una sonrisa en su pálido rostro.

-Esto de usar Dominación en los humanos es lo más divertido que puede haber, después de asesinar, claro.
-Tu Clan son de asesinos ¿Verdad?
-Si, aunque no te puedo negar que hay vampiros en mi Clan que son unos ineptos, es por eso que decidí junto con Vladimir desertar de los Assamitas y volvernos unos fugitivos para la ley de los vampiros.
-¿Ustedes son unos de los más buscados en Henoc?
-Si, no somos los principales, pero si uno de los más buscados.
-¿Quiénes son los más buscados?-Le pregunte

Karl dejo su vaso en la mesa y lo miró fijamente.

-La lista roja.
-¿Lista roja?
-Es una lista que los Justicars de la Camarilla manejan.
-Ah…ya veo-Realmente no tenia interés de nada en ese momento, solo quería una cosa y era acabar con todo.
-¿Y se puede saber quien es esa misteriosa humana con la que tienes una cita?
-Ya la veras.

El ambiente tranquilo y acogedor del bar miraflorino cambio drásticamente para Karl y para mi. Sentimos una presencia de odio y sed de venganza que venia desde la puerta de entrada e iba subiendo los escalones hacia el bar. Obviamente los humanos no sienten dichos cambios en el ambiente ya que son cambios tan finos y sutiles (o en algunos casos aterradores) que solo los vampiros y uno que otro humano bien entrenado y conciente podría notar.

La presencia se acerco rápidamente hacia donde estábamos. La persona a la que había llamado para qué acabe conmigo estaba frente a nosotros, lista para empezar su tarea.

-Acudí a tu llamado Vaynard.
-Si, gracias por venir. Toma asiento por favor.
-Gracias.

Karl estaba anonadado, no lo culpo, quizá el esperaba a otra persona.
Era Milagros Grace, la caza vampiros que un par de noches atrás había tratado de matarme. Estaba con una vestimenta que combinaba el negro y el morado.

-¡¿Tu?!-Karl no aguanto más su asombro.
-¿Tu eres también un vampiro?-Le pregunto Milagros
-Si, así que cuida tus palabras, humana.-Karl le respondió mirando a Milagros con desden.
-Y tú cuida tu cuello, vampiro asqueroso.

Karl y Milagros se habían visto las caras la noche en que los cinco renacidos estábamos reunidos. Obviamente a Karl no le gustó que le dijeran vampiro asqueroso y a Milagros que le digan humana como si estuvieran desprestigiando a su raza.

-Calma los dos.-Dije –Milagros, ya sabes por que te llame.
-Si, quieres que acabe contigo ¿Cierto?
-Exacto.
-¡¿Qué?!-Karl estaba confundido y molesto-¿Quieres que esa escoria humana acabe contigo? ¡Estas loco!
-Karl, por favor, no seas mal educado con mi invitada.
-No, tú deja de ser tan idiota y reacciona. ¿Quién mejor que yo para acabar contigo? ¿Por qué elegiste a una humana en vez que a un vampiro?
-Si gustas también puedo acabar contigo, no tengo tanto apuro.-Le dijo Milagros a Karl en sentido de burla.
-Mira “ganado” no me hagas enojar, creo que no sabes tu lugar en la cadena alimenticia ¿Verdad? –Le respondió Karl a Milagros mostrándole sus colmillos.
-Ya compórtense ambos. Salgamos de aquí.

Los tres nos levantamos de nuestros asientos y nos dirigimos hacia el parque Kennedy.

Eran ya las 00:45 y estábamos por la municipalidad de Miraflores.

-Y bien, solo por curiosidad ¿Por qué quieres que te mate?-Me pregunto Milagros
-No te importa, solo hazlo y ya.
-¡Uy! ¿Por qué tan agresivo Vaynard? Solo fue una pregunta.
-Bien, acabemos con esto de una vez.

Milagros se puso frente mío, ya tenía sus cuchillas desenvainadas.
Karl estaba apoyado en una pared cruzado de brazos y molesto. No era para menos, el quería la revancha, y si Milagros me mataba no tendría esa revancha, y por lo que se, los Assamitas son amantes de las peleas y asesinatos. Era como quitarle algo entretenido a Karl.

-Esta vez es de noche, así que no tienes excusas para no matarme.
-OK. Si quiere pelear pues te concederé ese pequeño deseo antes de tu fin.
-¿Pelear? ¿Quién menciono la palabra pelea?
-¿No piensas pelear acaso?
-No, solo me quedare aquí y tu me atravesaras tus cuchillas en mi pecho, o me cortaras la cabeza o me prenderas fuego…no se, tu eres la cazavampiros, no yo. Así que por favor…

Milagros estaba confundida.

-¿No te piensas defender?
-No
-¿Vas a dejar que te mate así nada más?
-Si.

Karl al escuchar lo que dije se dirigió hacia donde yo estaba, estaba furioso, se podía notar toda su furia en su mirada.

-¡¿Pero que te haz creído tonto Ventrue?! ¿Dejaras que una humana te mate sin defenderte? ¿Qué clase de vampiro eres?
-En primer lugar yo no pedí ser un vampiro, en segundo lugar ¿A ti que tanto te molesta que alguien acabe conmigo? ¿Acaso no me querías muerto?
-Si, pero yo quiero tener ese placer, no puedo permitir que se lo brindes a esta humana-Me reprendió Karl señalando a Milagros.

No respondí nada, y eso desespero aun más a Karl.

-No entiendo el por que están discutiendo-Dijo Milagros-Pero si me inquieta el hecho de que quieras morir así de fácil.
-¿Eso te importa?-Le pregunte
-Un poco, si.
-Extraño, pensé que no te importaba lo que un vampiro pensase o sintiera.
-En realidad no me importa lo que sientan, por que ustedes no sienten nada. Están vacíos.

Karl miró a Milagros con odio.

-Maldita humana, no se por que diantres hablas de nosotros como si nos conocieras por completo. ¿Acaso sabes por lo que algún vampiro pasó antes de su conversión? ¿Sabes acaso cuantos de nosotros hemos sufrido por causa de ustedes? Los humanos son solo escorias que se preocupan por ellos mismos, para ustedes la cobardía, la traición y el salvarse el pellejo sin importarles el resto es un hábito natural. Seres repugnantes.
-Nosotros no somos así.
-¿En serio? Mira a lo largo de la historia. Todos los humanos hacen las mismas idioteces una y otra vez, matanzas, guerras por el poder, codicia, traición.
-¡Mentira! Todos los derramamientos de sangre fueron generados por ustedes, movieron a los humanos como peones en el ajedrez para obtener sus propósitos.
-No te engañes niña, ustedes son la raza más asquerosa y cobarde sobre la tierra.

Milagros y Karl estaban a punto de empezar una pelea que no acabaría muy bien.

-Oigan, ya dejen de pelear. Milagros ¿Vas a matarme o no?
-Pero…no tiene sentido.
-¡Solo hazlo!

Estábamos los tres tan concentrados y tensos que no nos percatamos que alguien más nos estaba observando.

-Bien Vaynard. No se por que haces esto. Espero que no sea por alguna decepción amorosa ¿Verdad?-Me pregunto Milagros
-Si Vaynard, espero que no sea por eso ¿Verdad?-Me pregunto Karl
-No, no es por eso-Mentí-Pero tu debes saber bien eso de decepciones ¿Verdad Karl?
-Humana, cambie de parecer-Karl se dirigió hacia Milagros -¡Mátalo!
-Antes de matarte ¿Por qué me defendiste ese día?
-¿Ah?
-El día que ese vampiro…Degónius ¿Verdad? Trato de atacarme ¿Por qué lo hiciste?
-Quien sabe, quizá hasta ese momento pensé que los humanos valían la pena. Que protegerlos estaba bien, pero…
-¿Pero?
-No…nada. Puedes empezar Milagros Grace, cumple tu objetivo.

Milagros bajo la mirada.

-Cobarde-murmuro y se preparo para correr y acabar con mi vida.

Pero antes de que Milagros empezara su ataque alguien apareció a su espalda.

Te encontré humana, pagaras por lo que le hiciste a Sully!

Ni Karl, ni Milagros ni yo nos esperábamos ver tan pronto a ese sujeto. Era Degónius y había venido en busca de venganza por lo que le hicimos a el y a su Blautsauger. En especial había venido por Milagros.

Milagros no tendría tiempo de escapar a un ataque directo de Degónius.

-¡Milagros huye!-Corrí hacia ella, tenia que salvarla. La aparición repentina de Degónius había estáticos y Milagros y a Karl. No había tiempo.

¿Llegaría a tiempo? ¿Acaso moriría Milagros? No, la tengo que defender a como de lugar, así yo muera en el intento. Pero ¿Por qué? No lo se, ni quiero ponerme a pensar en eso ahora. La salvare a como de lugar.


Vaynard