martes, 4 de mayo de 2010

El pacto desangre (Parte II)

-¡Protean!-Lanze un ataque directo hacia las manos de Degónius que estaba cargando su ataque especial: La Taumaturgia.

Mi ataque evito que Degónius tocara a Milagros, si la tocaba hubiera sido el fin de Milagros.

Como recordaran, la Taumaturgia es un poder muy extraño que los vampiros del Clan Tremere poseen. Consiste en poder analizar y controlar la vitae vampírica, llámese la sangre. Pueden usarla tanto para bien como para mal y tanto en vampiros como en humanos.

En este caso Degónius usa una habilidad llamada Caldero de Sangre, una rama de la Taumaturgia. Esta habilidad puede hacer que la sangre de una víctima hierva literalmente en sus venas. Esto es ciertamente letal para cualquier mortal, y causa terribles daños a cualquier vampiro o ghoul que lo sufra.

Me puse delante de Milagros y saque mi glaicus para defenderla.

-No le harás daño.
-¿Otra vez tu? ¿Por qué eres un estorbo?
-¿Qué tienes contra los humanos?-Le pregunte
-No, la pregunta es ¿Qué tienes tú a favor de los humanos? ¿Por qué los defiendes tanto?
-Eso no te importa, tengo mis motivos.
-¡Pues yo también tengo mis motivo para matar a los humanos!-Degónius volvió a cargar su poder de Taumaturgia.

Cargo su poder contra mi, pero yo detuve sus manos con mi glaicus. Normalmente la carne humana se hubiera cortado al tocar el acero de una glaicus, incluso la piel de un vampiro que es resistente no soporta muchas veces el filo de una glaicus, pero la piel de Degónius era muy resistente al acero de la glaicus.

-¡Maldito Ventrue renacido, no estorbes!
-¡No la lastimaras!
-¡Entonces tu también correrás la misma suerte!

Degónius empezó a atacarme con sus manos, o debería decir garras, por que tenia sus uñas largas y afiladas, como si el también hubiera modificado parte de su cuerpo.

Bloqueé todos sus ataques, Degónius era fuerte pero no muy rápido. Eso era muy ventajoso.

-¿Eso es todo Degónius?
-Ventrue, aléjate, tu aun no eres de mi interés.
-Pues mientras yo aun este aquí no lastimaras a Milagros.

Milagros estaba al lado de Karl, cualquiera hubiera buscado un lugar seguro, pero ella se puso al lado de Karl, como si no bastara con el hecho de que Karl es un vampiro Assamita, uno de los clanes mas peligrosos que hay.

-¿Por qué me defiende tanto?
-¿Y yo que sabre? El siente una afinidad grande hacia los de tu especie. Nunca lo entenderé.
-Pero esta poniendo en peligro su vida.
-Si, por lo visto ya no le importa tanto el vivir o morir definitivamente. Es un sujeto curioso ese Ventrue.
-Si…muy curioso.-Le respondió Milagros a Karl.

Las garras de Degónius chocaban muy fuerte con el acero de mi glaicus. El Tremere no dejaría que su presa escapara por segunda vez y acabaría con cualquiera quien se opusiera entre el y Milagros, eso me incluía.

-¿Acaso no te das cuenta a quien defiendes? No solo es una simple humana, es una cazavampiros de la Sociedad de Leopoldo, esos tipos quieren acabar con nuestra especie.
-¿Y que con eso Degónius?
-No me digas que no sabes que es la Sociedad de Leopoldo…
-No, no lo se.

Degónius dejo de atacarme. Se paro frente a mí y empezó a hablar.

-La Sociedad de Leopoldo es un grupo que nació en la edad media junto con la inquisición. Es el grupo elite de la iglesia católica encargada de erradicar el mal de la tierra. No solo son sacerdotes y fieles creyentes de esa religión tan corrupta, si no que también los de ese grupo son guerreros entrenados para acabar con cualquier “demonio” que aparezca en la faz de la tierra, y claro, eso nos incluye.
-¿Alguna vez te atacaron?
-No, pero a tu amigo Beckett si.
-¿A Beckett?
-Si, eso fue hace mucho tiempo, por los años 1800…
-La época de la revolución latinoamericana…
-Si, exacto. Por lo visto sabes de historia niño, así que no se te hará difícil entender que la santa inquisición estuvo por aquí haciendo de las suyas.
-¿Y esa sociedad de Leopoldo ya se había establecido aquí?
-Si, digamos que como el Virreinato de Perú era el más importante para la corona española pues la iglesia envió un puñado de sus guerreros de elite hacia Lima. Se establecieron cerca a las iglesias de Lima y Callao. La iglesia ya sabia que una de las colonias más importantes de la corona española llamaría la atención de muchas personas y entre esas personas habría vampiros que vendrían al nuevo continente.
-¿Vampiros? Pensé que el único que había venido a America era Beckett.
-No, no fue el único que vino. Veras niño, la Sociedad de Leopoldo estaba siguiendo la pista a los vampiros más peligrosos de Europa. Beckett era uno de ellos, luego había otra vampiresa, si no me equivoco se llamaba Lucita, el otro era Arurth Brand, el Tzimice y por ultimo y el más peligroso de todos para la Sociedad de Leopoldo, tu creador.
-El fue quien le dio un poco de su sangre a Beckett para salvarle la vida ¿No?
-Si, por lo visto Beckett te contó algo de su pasado. Le debes haber caído bien.
-Dime quien es mi creador.
-¿Y para que quieres saberlo?
-Eso no te importa.
-En realidad no, pero tú creador me paga por hacer experimentos así que si te digo quien es lo pondría en peligro y, obviamente, también pondría en peligro mis ingresos.
-Mencionaste a una tal Lucita ¿También la conoces?
-No, pero me han contado que es muy hermosa.
-¿Por qué la Sociedad de Leopoldo la perseguía?
-No lo se exactamente niño, pero lo que si se es que ahora la Sociedad la esta buscando con más fuerza que antes, y quizá la respuesta a esa interrogante la tenga tu…protegida.-Me respondió Degónius dando una mirada a Milagros.

-¿De que están hablando? No logro oír nada.-Le pregunto Milagros a Karl.
-De la Sociedad de Leopoldo, no puedo creer que una niña como tu pertenezca a ese grupo.
-Si, lo se.
-Y también están hablando de unos vampiros que tu sociedad busca…una tal Lucita.

El semblante de Milagros cambio, en sus ojos solo había odio. El simple hecho de mencionar el nombre de la asesina de sus padres la hacia recordar ese horrible día, aquella escena sangrienta llena de maldad, odio y venganza.

-Ese maldito conoce a esa asesina.
-No lo creo…solo le esta comentando algunos hechos pasados.
-¿Hechos pasados?
-Si, al parecer tu grupito de humanos esta en busca de esa tal Lucita.
-Si lo se, la están buscando desde antes que asesinara a mi familia.
-Entonces una vampiresa mató a tu familia, ahora entiendo el por que el odio a los vampiros.
-¿Acaso te crees capaz de entender mi sufrimiento?
-Un poco, si. Que no se te olvide que yo también fui alguna vez un simple humano.
-¿Y por que te volviste vampiro?
-No quiero hablar de eso niña.

Degónius salto sobre mi cabeza y fue directamente hacia Milagros y Karl.

-Ya era hora-Dijo Karl esbozando una sonrisa-Atrás niña, deja este asunto a un verdadero asesino.

Karl activo su glaicus. Sus ojos mostraban una emoción muy grande, quería pelear, quería matar y Degónius estaba a punto de atacarlo, era la oportunidad perfecta.

-No te metas Assamita ¿O es que tu también protegerás al humano?
-¿Proteger? No, te equivocas Tremere…yo no defiendo a ningún asqueroso humano, lo único que quiero es matarte, a ti y a tu horrible mascota que, por cierto, no la veo por aquí.
-¿Sully? Ella esta más cerca de lo que te imaginas.
-Bien, después de acabar contigo buscare a esa cosa que llamas Sully.

Degónius empezó a cargar su habilidad de Taumaturgia, lo usaría contra uno de los mejores asesinos entre los vampiros: Karl.

Karl estaba más que listo para evitar el ataque de Degónius y realizar rápidamente un contraataque, pero algo interrumpió toda esa acción planificada del Assamita.

Salio del suelo, rompiendo el concreto como si fuera una galleta, una figura de casi dos metros y medio y cuerpo viscoso apareció entre Degónius y Karl. Era Sully y venia a buscar su revancha, a vengar las heridas ocasionadas en el duelo anterior.

El monstruo emitió un rugido que hizo retroceder incluso a su mismo creador.

-¡Sully, estos son los sujetos que te atacaron, mátalos!

La bestia nos miro a todos, sus ojos rojos mostraba su sed de sangre. Miró a Degónius fijamente.
-“La...Humana…” –El Blautsauger había hablado.
-¿Habla? ¿Esa cosa puede hablar?-Pregunte
-“Donde esta…la…humana”-Sully buscaba a Milagros
-¡Ahí esta, es ella!-Dijo Degónius señalando a Milagros-¡Mátala!

El monstruo corrió hacia Milagros con una velocidad tal que si la hubiera golpeado la vida de Milagros hubiera acabado en ese instante.

Milagros se preparo para atacar a Sully pero yo me puse rápidamente en su delante y bloquee (aun no se como) esa embestida mortal.

-¡¿Por qué?!-Milagros me preguntó.
-Ya te dije, no lo se.-Le respondí

Mis ojos estaban rojos, sin darme cuenta use una habilidad llamada Fortaleza, habilidad que permite al vampiro tener una fuerza sobrehumana y por ende una resistencia increíble a cualquier impacto, ya sea desde una bala de escopeta hasta una embestida de un Blautsauger.

Sully rugió enojada por haber bloqueado su ataque.

-¿Qué esperas Milagros? ¿Una invitación especial? ¡Vete de aquí!
-No me iré, no te dejare solo
-¿Por qué?
-No lo se…pero no lo voy a hacer-Me respondió rotundamente.
-Esa es mi línea-Le dije con una sonrisa.

Karl lanzo su puño de hielo hacia Sully pero esta bestia de un solo golpe hizo que el Protean elemental de Karl cayera al piso. Tanto yo como Milagros nos quedamos asombrados con la fuerza del Blautsauger.

-Tu Protean elemental no es rival para la fuerza bruta de Sully-Le dijo entre carcajadas Degónius a Karl.
-Eres un idiota-Karl le respondió con una frialdad y frescura a Degónius que este detuvo sus carcajadas.
-¡¿Qué?!
-Mi puño de hielo no es un simple protean, mira.-Le explico Karl al Tremere señalando el rastro de hielo que había a los pies de Sully.

Los trozos de hielo que estaban regados en el suelo empezaron a moverse. Se hacían cada vez más y más grandes y se adherían a los pies de Sully. El Blautsauger intentaba zafarse del hielo pero era imposible. En menos de treinta segundos Sully había sido congelado desde la cintura hasta los pies.

-Mi puño de hielo congela al oponente, ese es su objetivo. Si el objetivo del puño de hielo esta en un rango de diez metros, el Protean lo seguirá y lo congelara. Solo a fallado una vez…-Karl me miro. –Pero no volverá a fallar.

Con Sully inmovilizado solo tendríamos que eliminar a Degónius. La victoria estaba asegurada, o eso creíamos.
-No crean que han ganado, se olvidan de una habilidad especial de Sully.

El cuerpo viscoso de Sully empezó a hincharse, se hinchaba cada vez más y más hasta que estallo. Una mezcla de sangre y lodo salio expulsado a los alrededores. Todos nos quedamos sorprendidos por aquel acto repulsivo que habíamos visto.

-Se… ¿Suicidó?-Pregunto Karl.
-¿Suicidó? No, mira y asómbrate. –Le respondió Degónius con una risa escalofriante.

Del pecho de Sully salio a toda velocidad un brazo gigante con garras muy afiladas que rozo mi cuello y siguió de frente. El objetivo de Sully no era yo, era Milagros.

Sentí el olor de la sangre humana. Luego un grito. Milagros había sido herida terriblemente por esas garras.

El brazo volvió rápidamente hacia donde había salido. La velocidad de retorno de ese nuevo brazo del Blautsauger fue tan rápida que generó una gran presión en todo su viscoso cuerpo que reventó el hielo que cubría parte de su cuerpo.

-¡Milagros!-Corrí hacia ella.

El Blautsauger corrió hacia su amo.

-Adiós chicos, me despiden de la humana…para siempre-Dijo Degónius entre carcajadas. Luego empezó a huir del lugar.
-No iras tan lejos-Karl lo siguió.

Me quede yo solo con Milagros y un gran charco de sangre a nuestro alrededor.

-Resiste por favor.

El brazo de Sully había generado una herida mortal en el lado izquierdo del vientre de Milagros.

-Voy a…morir.
-No digas eso, te pondrás bien.
-No sabes…mentir… ¿Lo sabias?-Me dijo Milagros esbozando una sonrisa.
-No puedes morir, aun tienes que matarme ¿Lo recuerdas?
-Eres…un…tonto-Milagros a duras penas podía hablar-No se…por que querías…morir ¿Tu también…tienes una misión verdad?
-Si, al igual que tu, por eso no debes morir.

Milagros empezó a llorar.

-No creo…no creo que pueda cumplir con mi misión, yo moriré aquí.
-No, no lo permitiré.
-¿Enserio? ¿Y…como planeas…detener lo inevitable?

Muy buena pregunta. Como podría salvarla si es una herida mortal. No había tiempo de llevarla a un hospital, ya había perdido mucha sangre y su final estaba cerca. No se me ocurrió otra cosa más que…

-Te puedo…dar una nueva vida.
-¿Qué?
-Solo se me ocurre eso Milagros.
-¿Es…una…maldita broma?
-No, no tienes otra opción.
-¡No! No quiero…ser…algo que jure…destruir.
-Esto tiene cura, lo se. Yo matare a mi creador y volveremos a ser humanos normales. Siendo una vampiresa también podrás vengar a tus padres, podrás seguir viviendo.
-¿Seguir…viviendo…para vengarme de…Lucita?
-Si, una vez que logres tu objetivo y yo el mío, te juro que volverás a ser humana.
-¿Me lo…juras?-Milagros se estaba muriendo.
-Si, te lo juro por mi sangre.

Milagros cerró sus ojos y respiro profundamente.

-¿Dolerá?
-Es la primera vez que voy a hacer esto, así que no lo se.
-¿Y como…será?
-La forma tradicional, tomo tu sangre y luego tu la mía.
-Bien, empieza.

Me acerque a su cuello.

-¿No piensas…decirme algo…romántico? ¿O solo…morderás?
-No soy muy romántico.
-Lo…sabia.-Dijo entre risas moribundas.

Antes de morder se me ocurrió algo que oí una vez hace ya mucho años atrás.

-Esta es la parte donde cierras tus ojos, cariño.
-No esta mal…para ser el inicio de una…vida nueva.

Y así tome de la sangre de Milagros y ella hizo lo mismo conmigo.






Vaynard