domingo, 21 de diciembre de 2008

Lazos Irrompibles

-¿Para mi pequeña princesa?- Se preguntaba Shogo
-O sea que…¿Beckett es el padre de esa chica?-Le pregunte a Shogo
-No lo creo, ese viejo vampiro es muy amargado para tener hijos.
-Shogo, ¿Qué sabes acerca de Beckett?

Shogo se quedo en silencio, por un minuto dudo en decirme lo que sabia, hasta que por fin hablo

-Beckett es un vampiro muy viejo. Es un Mnemosínidas, un cazador de reliquias vampiricas. Lo conocí hace un mes, se me apareció cuando salía de un hotel, ya te imaginas que acaba de hacer. En fin, me dijo que alguien me había elegido para ser un vampiro. Yo le dije que no estaba intensado. A la semana me vinieron esos dolores terribles de cuello que te conté.

-¿Y te dio algún indico de quien era el que nos creo?
-No, pero dijo que lo conocía, es mas, es un amigo muy cercano a el
-¿Crees que esa chica lo conozca?
-Si lo conoce nos ahorraría la búsqueda.

Nos quedamos en silencio, yo seguía viendo la cadena que nos habíamos encontrado. Recordé las palabras de ella “¡No quiero ser esto!”, me recordó cuando intente suicidarme el mismo día de mi conversión.

-Tenemos que hablar con Beckett y encontrar a la dueña de esta cadena. Entiendo el sufrimiento de esa chica. Shogo vamos a ver a Beckett
-¿Estas loco o la sangre que acabas de tomar te a afectado?- Me dijo Shogo –No pienso hablar con ese anciano.
-Tienes que acompañarme, en el caso que sea su hija ¿No querrás que te la presente?

Shogo se quedo pensativo.

-Esta bien, iré por que eres mi amigo…y de paso por la chica.

………………………………………


Llegamos a Barranco, a la Hermita para ser mas exacto.

-Beckett vive en esa iglesia abandonada, ven- Le dije a Shogo
-Iglesia abandonada…y luego preguntas de porque es amargado.

Nos dirigimos a la puerta de la iglesia. Tanto Shogo como yo sentimos su presencia.

-Veo que tengo visitas…hola Vaynard ¿Traes acompañantes?
-Beckett, tenemos que hablar
-OK, pero ¿Quién es el otro sujeto?
-Soy Shogo, ¿acaso no te acuerdas de mi maldito anciano?-Dijo Shogo muy molesto

Beckett salio de la oscuridad. Estaba tan tranquilo como de costumbre.

-Si, recuerdo tu voz, el vampiro cazador de prostitutas, como olvidarme…
-¡Quieres pelear acaso?
-No lo se…¿tu?

Beckett y Shogo se estaban mirando muy feo, no se lo que haya sucedido entre ellos, pero debe de haber sido algo muy pero muy malo.

-Basta los dos, si se quieren matar háganlo en otro momento- Les grite a los dos
-¿Qué sucede Vaynard? Estas muy irritado, ¿Te abandono tu novia o que?
-No, nada eso. Te he venido a preguntar algo
-¿Sobre tu creador?
-No…sobre tu pequeña princesa- le dije con una sonrisa.

Beckett se quedo en silencio. Estaba mirándome fijamente con esos ojos rojos que tenia.

-¿La vieron? ¿Esta bien?
-Esta rebuena- Le dijo Shogo

Beckett miro con rabia a Shogo, al parecer ese comentario le había ofendido
-Escucha Beckett- Le dije antes de que volviera a discutir con Shogo – Ella esta bien, solo que un poco triste por ser vampiro. Al huir de nosotros se le cayo esto- Le mostré la cadena

Beckett miro la cadena y luego me miro a mi

-Estoy seguro de que te vendrá a buscar, dime una cosa ¿Ella es uno de los cuatro vampiros que me encargaste a buscar?
-Si
-Ósea que ya voy casi a la mitad del trabajo-Le dije a Shogo en voz baja

Beckett seguía mirándome, parecía perdido en sus pensamientos pero con su mirada fija en mi.

-¿Le hicieron algo a Stephanie?
-¿Stephanie?
-Si, así se llama.
-No no le hicimos nada, ella estaba en entienda de ropa de mujer y nosotros…
-Ropa, si a ella siempre le gusto la ropa.

Shogo y yo nos miramos. Beckett era una persona completamente diferente a la que conocíamos, estaba muy dócil y su mirada fría y penetrante había cambiado a una mirada tierna con un poco de tristeza.

-Oye Beckett, ¿Ella no fue creada por el mismo sujeto que nos creo a Shogo y a mi?
-No, claro que no. Yo la cree
-¿Y ella es igual a nosotros, es decir, resiste al sol?
-Si, ella también es de ese tipo
-¿Qué tipo?
-Los renacidos
-¿Los renacidos?
-Si, ustedes como vampiros nuevos son denominados renacidos, son una clase única de vampiros que, a diferencia de nosotros los antiguos, pueden resistir a la luz del sol.

Ni Shogo ni yo entendíamos bien lo de renacidos pero sabíamos que Beckett había creado a Stephanie, y que ella vendría a buscarlo, después de todo ella lo conocía y quería venganza por haberla convertido en una vampiro.

-Oye Beckett, cual es el termino apropiado para Stephanie ¿La vampiro, vampiresa o vampira?-Le pregunto Shogo
-Esta entre la primera y la tercera…no hay una definición exacta.

-Pero, Beckett, ¿Tu no puedes resistir el sol?-Le pregunte
-No
-¿Y como es que esa chica, Stephanie, si puede resistir?

Beckett se quedo un rato en silencio. Miro hacia el oscuro cielo de la noche.

-Porque yo tengo un poco de la sangre de tu creador
-Siendo así ¿Por qué tu al igual que nosotros no puedes resistir al sol?
-Vaynard, tengo 200 años viviendo, ¿Crees acaso de que no tengo enemigos?
-Con ese carácter pues no hace falta preguntar-Dijo Shogo
-Ya basta Shogo-Le dije –Beckett, cuéntame que sucedió.

Por un momento no hubo ruido alguno, luego Beckett empezó a hablar

-Era una época de guerra, yo estaba saliendo de Europa. Ya era un vampiro para ese entonces. Vine a America porque quería conocer a esa raza de mestizos que se levantaron contra los ingleses, franceses y españoles y se lograron independizar.
Arribe en el puerto del Callao, el puerto mas importante de la colonia española. había oído de que Lima era la ciudad mas hermosa de toda Latinoamérica, incluso oí decir de que era tan o mas hermosa que las mismas ciudades españolas. Y efectivamente todo lo que había oído era cierto. Aun quedaba en la capital algunos rastros de defensas españolas que hubieran servido si es que se hubiera librado una batalla en Lima, cosa que como bien sabes, nunca se dio.
Las personas estaban felices, habían banderas rojas y blancas por doquier y la gente gritaba y cantaba cosas con respecto a la revolución, a su independencia.

Los gritos de las personas alegraban mi alma, y es que, siempre fui un defensor de la revolución americana. Aunque yo vivía en Europa, y mis padres fueron Europeos siempre me gusto los ideales de las personas criollas, los ideales de revolución, un país libre.

La segunda noche que estaba en Lima fue donde conocí al creador de Shogo y al tuyo. Nos hicimos muy buenos amigos. Ambos sabíamos que éramos vampiros pero que a diferencia mía a el no le afectaba la luz solar. El también provenía de Europa, de la zona del noreste, la tierra de los zares mejor conocida como Rusia. Claro que en ese entonces Rusia también estaba con problemas de guerras, como casi toda Europa.

Nuestras conversaciones siempre fueron muy amenas, hablamos de literatura, filosofía, ciencia y claro, del vampirismo.
El siempre me decía que el vampirismo no hay que tomarlo como una maldición, sino como un estilo diferente de vida. “A comparación de los humanos, nosotros si comprendemos lo importante que es la vida, puesto a que estamos muertos…muertos en vida”, esa era una frase que siempre repetía.

Como sabrás, Lima tiene una cantidad increíble de iglesias católicas, por ende las personas en su mayoría eran de dicha religión. Por aquellos tiempos llego un rumor de que habían unos seres que mataban a sus victimas hasta el punto de desangrarlos. Uno de esos seres era yo.

Un día caí de la manera más estupida en una trampa humana, solo de recordarlo me da mucha vergüenza. Los humanos me engañaron y pusieron a uno de los suyos como carnada. Como bien sabes nosotros los vampiros no podemos tomar sangre de seres que ya están muertos, es como si un humano tomara veneno. Pues yo caí en la trampa, el humano del cual yo ingerí su sangre ya estaba muerto. Yo, tan estúpido no me percate de eso.

Para no morir, tu creador me dio de beber su sangre. Es por eso que aun estoy con vida. Yo estoy en deuda con el, no es solo mi amigo, sino mi salvador.
-¿Y Stephanie?
-Pues veras-Beckett miro la cadena y luego me miro a mi – Stephanie es una persona muy especial para mi, aunque yo no lo sea para ella. La conocí hace 40 años.
-¡¿Qué?!-Shogo me empujo a un lado –¿O sea que ella no es joven?
-Claro que no, la conocí hace 40 años, ella había caído grave a raíz de una enfermedad. Cuando ella me vio no se asusto de mi, al contrario, se puso a conversar conmigo. No me pregunto por mis ojos rojos, o por mis grandes colmillos, solo conversaba de las cosas de la vida. Yo la quería, y la quiero como a una hija. Después de tu creador, ella es la persona a la que yo mas estimo. La convertí para que no sufriera mas por ese dolor de la mataba de a poco, esa enfermedad llamada tuberculosis.

Lo que nos contaba Beckett, hace unas semanas atrás habría sido una locura, pero ahora yo le creía todo. Y lo contaba de una manera tan sincera que era imposible decir o pensar de que alguna palabra que saliera de su boca fuera mentira.

-Eso significa que cuando ella contrajo tuberculosis, ella tenia…
-19 años- Dijo Beckett – Es por esa razón de que me odia. Imagínate vivir para siempre con la apariencia de una niña de 19 años, no poder crecer, tener hijos, un esposo, una casa…una familia. Yo pensé en eso muchas veces antes de convertirla. Pero decidí hacerlo porque yo también quería alguien a mi lado. Me sentía solo, y pensé que ella podría ser mi acompañante perfecta. Pero ella me odio, me odio por haberla convertido en una vampiro.
Lo que recuerdo de ella es que siempre vestía ropa nueva, le gustaba mucho la ropa. Esa foto que tiene la cadena nos la tomamos cuando ella cumplió un año como vampiro. Estaba feliz. Aun recuerdo la expresión de felicidad en sus ojos…


Beckett se quedo de nuevo mirando al vacío.

-Oye anciano, pero eso no explica el porque ella puede resistir el sol
-Encima de escandaloso eres estúpido Shogo, ¿Por qué no le preguntas a Vaynard el porque Stephanie resiste el sol?

Yo ya lo había entendido.

-Por la sangre que se te dio- Le dije a Beckett- Quizá en los vampiros convertidos hace buen tiempo no funciona pero en uno nuevo, esa sangre si funciona. En este caso en un humano que recién es convertido.
-Si muchacho, exacto.

En ese momento sentimos la presencia ligera pero cargada de odio. Voltee con Shogo para ver de quien se trataba. Ahí estaba parada Stephanie.

-Ustedes dos, si no quieren morir apártense, esto es entre Beckett y yo
-Cálmate Stephanie, Beckett ya nos explico, podemos hablar y…
-¡Cállate! Esto no tiene nada que ver con ustedes.

Ella seguía avanzando hasta Beckett. Tenia toda la intención de matarlo. Yo dude que ella podría hacerle daño a Beckett, pero luego recordé lo que nos paso a Shogo y a mi en aquel local de ropa.

-Déjala muchacho, si ella me quiere a mi no te metas.
-Escúchalo, no te metas niño, esto es solo entre los dos

Shogo no se quedo callado
-Beckett no se porque pero hubieras convertido a alguien con mejor carácter…esta anciana me esta irritando.

Stephanie miro a Shogo. El rumbo de ella también cambio, ahora se dirigía hacia nosotros dos

-Agradécele a tu amiguito, ahora por su gran bocota ambos morirán
-¿Y ahora yo que dije?
-Shogo, regla numero uno: Nunca le digas anciana a una mujer
-¿Y si le digo que me pasa?

Stephanie fue contra Shogo, lo empujo con tanta fuerza que Shogo salio volando tres metros.


-¡¿Shogo estas bien?!

Shogo se levanto de suelo.

-Si, estoy bien, y ya entendí el que me pasara si vuelvo a decirle anciana

Los ojos de Stephanie se posaron en mi

-Oye, cálmate, yo no quiero pelear. Al contrario, estoy buscando una cura al igual que tu
-¡Mientes! Todos son iguales, todos los vampiros son iguales, un gran grupo de mentirosos.

Trato de darme un golpe, que, por suerte lo esquive

-Vaya…por fin alguien ágil. Me divertiré un poco.

Shogo corrió hacia mi

-Cuidado Vaynard, esa chica aunque no lo aparenta tiene mucha fuerza.
-Y que lo digas…

Mi primera pelea con un vampiro había empezado.

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