sábado, 14 de febrero de 2009

Vino, Órdenes, Viaje

Ya era de noche cuando estábamos en Miraflores. Estábamos en la entrada del Taita, el supuesto lugar donde se encontraban esos dos asesinos. Muchas cosas pasaban por mi cabeza, el que había un mundo oculto paralelo al mundo humano donde habitaban vampiros, el que tenia poderes que nunca hubiera obtenido si siguiera siendo humano, en que posiblemente esos dos vampiros a los que seguíamos conocían a mi creador.

-Vaynard, despierta

Shogo me dio un suave golpe en el hombro, estaba a mi lado. Su rostro reflejaba sus nervios. Aun recuerdo cuando me detuvo aquel día cuando iba a pelear con el vampiro alto ojiazul.

Stephanie también estaba ahí con nosotros.

-¿Pero que haces tu aquí?- Le pregunto Shogo
-Pues que más, vengo a ayudarlos.
-Pero...eres mujer…esto no es para mujeres.
-Aparte de maleducado eres machista.
-Pero Shogo tiene razón. Puedes correr peligro aquí. Si te pasa algo Beckett nos mata
-Vaynard, yo no soy un humano como Maria, yo soy una vampiro. Solo he venido a ver que no les den una paliza…bueno…a que no los maten.
-Gracias por tu apoyo…anciana- Dijo Shogo en voz baja
-¡Te escuche idiota!
-¿Así? Pensé que a los ancianos no les funcionaban muy bien sus oídos
-¿Quieres que te mate antes de que lo hagan esos dos vampiros?
-Inténtalo si puedes
-¡Ya basta!- Grite – Dejen de pelear, parecen recién cazados.

Ambos me miraron con cólera, al parecer no les gusta que les diga así.
Subimos por las escaleras del bar. Había como una especie de cortina de plástico trasparentes en hilos. Al entrar al bar estaba un poco oscuro, cosa que me alegraba ya que no me gustan los sitios muy iluminados.

Pedimos una mesa que estaba cerca de la ventana que daba a la Av. Larco. Se veía la iluminación de la iglesia del parque Kennedy. Era una vista nocturna agradable, aunque aquí en Lima no se vean las estrellas.

-Señores bienvenidos al Taita- Nos dijo un mozo- ¿Que les sirvo?
-Trae una botella de vino tinto por favor y tres copas- Dijo Shogo

El mozo se alejo de la mesa apresurado para traer nuestro pedido.

-Stephanie, te quiero preguntar algo
-Dime Vaynard
-¿Tu conoces el mundo de los vampiros?
-Si, claro, pase los primeros años ahí
-¿Nos llevarías ahí alguna vez?
-Claro, pero Maria no va a poder ir. Los humanos no pueden pasar a nuestro mundo.
-Ah…Maria va a estar triste de escuchar eso.

El mozo se acerco con una botella de vino tinto y tres copas de cristal. Quito el corcho del pico de la botella y comenzó a servir el vino en las tres copas.
El mozo se retiro

-Y bien chicos ¿Por qué brindamos?
-Por la vida, juventud y diversión eterna- Dijo Shogo
-¿Te gusta la vida eterna?- Le pregunte
-Claro ¿A ti no?
-No mucho- Le respondí
-¿Por qué?
-Te has puesto a pensar en que si tienes seres queridos, ¿No te dolerá verlos morir mientras que tú sigues viviendo para siempre?
-¿Lo dices por Maria?
-Lo digo por ella, por mi familia, por mis amigos humanos…
-Se lo que sientes Vaynard, yo también extraño a mi familia- dijo Stephanie
-Tu fuiste convertida a mi edad, debes a ver tenido familia y amigos…
-Claro que los tuve. ¿Sabes que mi familia fue unas de las mejores de la haciendas de San Isidro?
-¿En serio?
-Claro que si, éramos unos de los hacendados mas ricos. Lamentablemente mi familia cayó uno por uno a consecuencia de la tuberculosis. Yo no morí gracias a…
-¿Beckett?- Dijo Shogo
-Lo iba a decir, gracias. En fin…gracias a el conocí el mundo de los vampiros, es un sitio agradable, te gustara estar ahí Vaynard.
-¿Si? ¿Qué hay ahí?
-Pues casas, libros, parques…es una ciudad oculta y bella. Como diría Beckett “Un lugar hermoso que los humanos no puedan destruir”
-Pero la palabra “hermoso” de la boca de Beckett es algo que necesariamente no es hermoso para el común de los seres que habitan este planeta.- Dijo Shogo

Los tres nos reímos.

Al frente de nosotros había un televisor plasma en donde aparecía un hombre cantando con una guitarra. Al parecer era algún pequeño artista que estaba dando su primer paso hacia el estrellato.

-Y dime Shogo ¿En que trabajas? – Le pregunto Stephanie
-Eh…No trabajo
-¿Y como pagas tus noches de diversión?
-Has oído el dicho “Ladrón que roba a ladrón tiene 100 años de perdón”
-¿Robas a los ladrones?-Le pregunte
-Si, a veces. En otros casos hago apuestas con otros humanos.
-¿Apuestas?
-Si, por ejemplo apuesto a un grupo de humanos de que una chica muy simpática se va a acercar a mi mesa y hago que ellos elijan la chica. Entonces uso mi atracción para que ellas vengan y listo ¡Dinero fácil!
-Eso es trampa- Le dijo Stephanie
-Y a todo esto ¿Tu en que trabajas?
-Soy diseñadora
-¿De interiores?
-No, de ropa. Los diseños los presento a algunas tiendas de ropa y me pagan por ese diseño. Claro que mis diseños son más vendidos en Henoc.
-¿Henoc?
-El mundo de los vampiros.
-Ah…ya veo.

Nosotros seguimos conversando, nos tomamos entre los tres dos botellas de vino tinto. Fui un rato al baño a mojarme el rostro. Había tizas para que uno pusiera su firma. Yo puse “Aquí estuvo Vaynard el vampiro”. Quizás no debí poner eso. Ojala lo hayan borrado.

El baño queda cerca al bar donde se encuentra la maquina registradora que recepciona los pagos. Me acerque a pagar los vinos (claro que el dinero era de Shogo, total el fue quien hizo el pedido).

-así que ese niño sigue con vida, ¿verdad?
-Pareces triste, ¿acaso se te olvido matarlo?

Había encontrado a uno de esos encapuchados asesinos. Era el mas bajo, el de ojos grises.

-No estoy triste. De verdad me alegro.
-No te creo
-No me importa, si me crees o no ese es tu problema.

Al parecer decía la verdad.

-¿Cómo te llamas?
-Vladimir
-Digno nombre para un vampiro

Vladimir esbozo una sonrisa en su pálido rostro.
-Tú debes de ser Vaynard.
-¿Cómo lo sabes?
-Conozco a alguien que te ha observado durante mucho tiempo.
-¿Dónde esta el otro?
-¿Te refieres a Karl? Pues debe estar cenando, pero te recomiendo que no lo molestes. Se pone de mal humor cuando lo interrumpen.

Ese maldito ya se había adelantado. Salí corriendo del local. Si hay un lugar donde hay niños en la noche es en el parque Kennedy. Hay muchos niños vendedores de golosinas por ahí.

Como salí corriendo Shogo y Stephanie se percataron de eso y me siguieron

-¡¿Vaynard, a donde vas?!-Me grito Shogo
-¡Ese maldito se nos adelanto, esta buscando una presa!-Le respondí a Shogo mientras corría.

Sentí su presencia, era una presencia maligna pero calmada…daba miedo.

-Esta cerca, puedo sentirlo
-Nosotros también

Entramos por una calle estrecha llenos de restaurantes, era la calle de las pizzas. Salimos por un callejón y ahí vimos dos figuras en la oscuridad. Era el vampiro Karl con una niña que por su aspecto no pasaba de los ocho años.
Karl le estaba abrazando y tenía la mirada fijada en el cuello de la pobre niña. La niña estaba con la mirada perdida. Al parecer Karl había usado la habilidad de atracción con la niña.


Corrí hacia ellos dos. Karl estaba a punto de morderle el cuello a la niña. Por suerte puse mi brazo entre su boca y el cuello de la niña a tiempo.

-¿Interrumpo algo?
-Vaya, pensé que te había dicho de que no me estorbes
-Tengo memoria frágil.

La niña despertó del sueño generado por la atracción.

-Tu mocosa, vete de aquí.- Le dije con una mirada fría, la mas fría y penetrante que pude poner en ese momento.

La niña asustada obedeció, dejándonos a Karl y a mí solos.

-¿Te han dicho que es malo dejar a alguien sin comida?
-Es una niña…eres un demente.
-Es un simple humano, ¿Eso es ser demente?

Shogo y Stephanie llegaron en ese momento.

-Vaynard ten cuidado, el es peligroso.- Me dijo Shogo
-Descuida, no me pasara nada
-Hazle caso a tu amigo, no vayas a salir lastimado- Dijo Karl en un tono sarcástico
-Tú eres un asesino, en vez de alimentarte de seres malos te alimentas de niños ¿Por qué lo haces?
-Por que son deliciosos…esa sangre joven, pura e inocente. ¿No es provocativo?

Karl dijo eso con una mirada triste, como si sufriera cada vez que lo decía.

-Tú no piensas así
-¿Por qué lo dices?
-Creo de que lo dices de boca para afuera, pero a ti no te gusta matar niños

Kart lanzo una carcajada

-En verdad que eres gracioso. Pero nadie me quita mi cena. Prepárate a morir Vaynard.
-“Espera Karl”- Se escucho una voz a nuestras espaldas.

Era Vladimir que nos había seguido.

-¿Que sucede Vladimir?
-Las órdenes son no matarlo. Que nos busquen en Henoc, ahí si gustan se pueden matar.

Karl miro a Vladimir. Suspiro y se volvió hacia mi

-Ordenes son ordenes, lo siento niño, pero te tengo que matar en Henoc.

Kart retrocedió hasta llegar donde se encontraba Vladimir, y de ahí ambos desaparecieron.

Shogo y Stephanie vinieron hacia mí

-¿Qué paso?-Me pregunto Stephanie
-No lo se, pero el paseo a Henoc se va a tener que adelantar.




Vaynard

No hay comentarios: