martes, 17 de febrero de 2009

Las puertas de Henoc

Como había escrito en el capitulo anterior, Henoc es un mundo paralelo al mundo humano. Es un lugar ideal para los vampiros. Tiene de todo: Bares, Discotecas, Parques, Circos, Ciber cafés, Bancos…es un mundo al que no le falta nada.

La economía de Henoc se basa en el comercio y en la investigación, puesto a que el recurso vital, la sangre, es tan abundante para nosotros como el oxigeno.

Henoc esta gobernado por trece personas que representan los trece clanes que según leyendas antiguas de Henoc fundaron la ciudad de Henoc que luego paso a ser un mundo.
Estos clanes son: El Clan Monárquico [Ventrue], el Clan de la Bestia [Gangrel], el Clan de la Luna [Malkavian], el Clan de los Ocultos [Nosferatu], el Clan Vagabundo [Ravnos], el Clan de la Rosa [Toreador], el Clan de la Noche [Lasombra], el Clan de los Escultores [Tzimisce], el Clan de la Serpiente [Setitas], el Clan de la Muerte [Giovanni], el Clan de los Sanadores [Salubri], el Clan de los Cazadores [Assamitas] y el Clan Erudito [Brujah]. También hay trece ciudades que llevan sus nombres.

Según lo que leí en la Biblioteca de la ciudad Malkavian, Henoc no ha tenido ningún conflicto bélico durante siglos; pero si hay, como en todo gobierno, un grupo rival del gobierno.
Las entradas al mundo de Henoc están es cualquier parte del mundo humano. Puede estar en tu cuarto, en tu escuela, en tu baño, en tu centro de trabajo o en la cartera de tu novia. Me refiero a los vidrios y cristales.
¿Los vampiros se reflejan? Por supuesto que si, solo tendrían que ver a Shogo que es demasiado preocupado con su aspecto.

Además mientras mejor sea el reflejo del vidrio o el cristal más fácil será ingresar a Henoc. Nosotros los vampiros usamos los espejos como portales que conectan este mundo mortal con nuestro mundo. Claro que no podemos entrar en un espejo pequeño, pero usando Auxpex podemos ver lo que sucede en ese mundo.

En lo que era mi casa, sin saberlo, tenia una entrada a Henoc. En mi sala tenia un gran espejo rectangular. Posiblemente la sombra que vi en mi proceso de conversión era mi creador que había aparecido en mi casa entrando por ese espejo.

Según lo que me cuenta Beckett los vampiros no suelen tener muchos espejos en sus hogares humanos, lo que pasa es que a los vampiros viejos (como yo les digo) no les gustan muchos su espejos, algunos tienen su cuerpo un poco gastado por el paso del tiempo y odian verse feos. Por suerte eso no pasa ni pasara conmigo (recién me comienza agradar la idea de la juventud eterna)

La entrada que me mostró Beckett fue una que nunca, nunca en mi vida se me habría ocurrido.

Hay un lugar en Lince que se llama Centro Comercial Arenales, un lugar en donde hay muchas tiendas de animes y mangas, muñecos de colección, cabinas de Internet, oficinas y cines.

En mi niñez, cuando aun la relación con mi padre era buena, salíamos en familia a pasear por ese centro comercial. Fue ahí donde me compraron mi primer muñeco de los caballeros del zodiaco (o Saint Seiya). Fue el caballero de Leo, mi signo zodiacal.

-Bien Vaynard, ya llegamos-Me dijo Beckett
-Oye, estamos en el C.C. Arenales ¿Es broma o que?
-Aquí esta la entrada mas oculta de Lima-Me dijo Stephanie
-¿Aquí? ¿Y no en Miraflores?
-¿Miraflores? Miraflores es solo un lugar turístico lleno de chicas lindas y sitios donde ocultarse. Pero aquí, en Lince, el mejor lugar para entrar a Henoc es aquí.-Me contesto Stephanie

Estábamos en el sótano del Centro Comercial. Nos pusimos frente a una luna amplia que cubría la entrada de una tienda sin uso.

Era sábado, ese día había muchas personas que se visten de negro (creo que son emos) y entre sus colores y sus ridículos maquillajes, nosotros los vampiros, pasamos desapercibido.

Shogo, Stephanie, Beckett y yo estábamos listos para entrar a Henoc.

-Bien Vaynard, hora de la acción
-Si, vamos amigo.
-Esperen ustedes dos, par de mocosos.- Beckett nos detuvo cogiendonos de los hombros.-No pueden entrar si no llevan esto- Nos mostró una vara de color negro
-¿Y eso?
-Eso es su identificación para ese mundo. Quizás no sepan mucho de la geografía de Henoc pero el lugar a donde ustedes pertenecen geográficamente es a la ciudad Malkavian, y por eso debe llevar esta vara de acero, llamada “Glaicus”.
-¿Glaicus? Espera, son demasiados nombres nuevos para mí por un par de días-Dije

Beckett me dio una Glaicus igual a la de el. Tenía el símbolo de la luna en el mango, símbolo de ser un ciudadano de Malkavian.

-Ah…Entonces eso con lo que lastimaste a Vaynard es una Glaicus
-Si, es un arma muy peligrosa. Esta es una Glaicus de elite, los ciudadanos comunes no tienen Glaicus tan elegantes como ustedes, aunque si tienen Glaicus no son tan elegantes.
-No se que elegante le ve…para mi sigue siendo un pedazo de metal.-Me murmuro Shogo.
-Bien, habiendo dicho esto…Shogo, Vaynard usen Protean para abrir la puerta hacia Henoc.

Nosotros dos nos miramos e hicimos lo que Beckett nos pidió.

Usamos un Protean suave, casi imperceptible si lo hubiéramos usado como ataque.
El vidrio se volvió como liquido, como si fuera una pared de agua.

-Me lleva el condenado sol-murmuro Shogo
-Y que lo digas…-Le respondí yo
-Chicos ya se acostumbraran-Nos dijo Stephanie

Así nos adentramos hacia Henoc, el cambio fue tan duro y rápido que un cuerpo humano común se hubiera congelado en el proceso.





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