miércoles, 14 de enero de 2009

En el Hospital

El hospital del niño es un hospital que queda en la avenida Brasil. Tiene una fachada de color celeste y tiene varias áreas de especialidades. En realidad es uno de los hospitales más completos que hay en Lima. Me acuerdo que mi hermano iba a ese hospital muy seguido. El era muy enfermizo y casi toda su infancia se la paso en aquel hospital. Es por eso que mi hermano considera el hospital del niño como su segundo hogar y no la escuela, como se suele dar.

Cuando llegamos al hospital ya era de noche, las visitas están prohibidas pasando las 5 de la tarde (bueno, eso creo).

-Llegamos tarde…ya no nos dejan entrar-Dijo María
-Por eso digo que ustedes los humanos son unos seres muy limitados-Le dijo Beckett a María –Vaynard ¿Conoces otra entrada?
-Si- Le dije a Beckett –Podemos bordear el hospital y entrar por la zona de emergencia que queda a la espalda.

La zona de emergencia durante un largo tiempo quedaba al lado de la puerta principal. Me acuerdo que cuando yo era aun un niño mi madre me llevaba a ese lugar si es que hervía en fiebre o cosas parecidas. Sin embargo la última vez que estuve mal y fue necesario ir a emergencia, esta ya no estaba al lado de la puerta principal, si no bordeando el hospital.

Fuimos a la espalda del hospital, ahí todavía había una entrada, pero las puertas estaban cerradas. Lo único que estaba abierto eran las rejas.

-Bien ¿Y ahora?-Dijo Shogo
-Primero vamos a ver que hay dentro del lugar-Dijo Stephanie

Sus ojos se pusieron rojos y luego pronuncio “Auspex”
Stephanie miro fijamente durante un largo rato a las puertas de vidrio oscuros.

-Hay dos policías una recepcionista y una mujer sentada.-Dijo Stephanie mirando el vidrio
-Oye…son las 8:30 pm. ¿Y puedes ver a través de un vidrio oscuro?-Le pregunto Shogo
-Esa es la habilidad llamada Auspex, ver más allá de lo normal- Le respondió Beckett a Shogo
-OK, ya sabemos lo que hay adentro pero ¿Cómo diablos vamos a entrar?- Dijo María
-Que humana más molestosa, Vaynard ¿Por qué la trajiste?- Me dijo Beckett en un tono fastidiado.
-No te metas con ella Beckett.- Le dije

Yo mire al techo, ¿Y si subíamos y entrábamos por la azotea? Total, era un plan valido. Pero solamente podrían hacer eso nosotros, el grupo de vampiros, ¿Y María? Ella quería participar también.

-Tengo un plan-Dije
Todos voltearon a verme, lo que me apeno un poco, no se por que
-¿Cual es?
-Nosotros iremos a ver al niño entrando por la azotea mientras María entra al hospital.-
Mire a María –María, tu tienes que aparentar ser un familiar del niño y preguntar por el, dudo mucho que te dejen entrar a verlo a esta hora, pero por lo menos serás un factor de distracción.

Shogo y Stephanie me miraron extrañados, y era obvio, mi plan tenía una falla y muy grande: María en la vida podría haber sido familiar de aquel niño, era algo tan obvio que debieron pensar que yo era un idiota por decir tal bobería.

-Eh….hagamos una modificación al plan…María tu podrías decir que eres una persona que viene a ayudar al niño porque te conmovió su caso y quieres hablar con el medico que lo esta viendo. Quizá te dejen pasar a verlo.

Esa idea estaba mejor sin duda. Así que Beckett, Stephanie, Shogo y yo nos fuimos a la azotea de un salto. Ya para nosotros eso era normal. Saltar de esa manera es algo común para nosotros los vampiros, es casi tan común como para un humano lo es caminar.

María entro a la sala de esperas de emergencia. Ella lograría entrar, de eso estaba seguro. Ella es una persona muy inteligente y astuta también.

Nosotros entramos al hospital por una puerta que conectaba la azotea con el último piso activo del hospital.

-¿Cuál es el cuarto?- Pregunto Shogo
-Eso lo podemos saber con una técnica avanzada de atracción-Dijo Beckett

Cerro sus ojos y en menos de 5 segundos dijo “Tercer piso, habitación 301, al parecer ya esta estable”

Shogo y yo nos miramos asombrados, Beckett había dicho la ubicación exacta del niño y también la condición de este.

Beckett nos miro

-Oigan ustedes dos, ¿Vienen con nosotros o se van a quedar ahí?

Nosotros seguimos a Beckett y a Stephanie. Nosotros cuatro nos dirigimos a la habitación del niño.

Cuando llegamos al tercer piso Beckett se paro en seco y nos dijo “Esperen”
Nosotros tres nos quedamos quietos a su orden.

Escuchamos pasos que se iban acercando a la habitación de niño. Era María y un medico, seguro que era el medico que estaba viendo el caso de ese niño atacado.

-Así que usted es de una organización de cuidado de menores… ¿Cómo me dijo que se llamaba la institución?
- Futuro infante-Dijo María
-Ah! Cierto, pues bien el niño esta estable pero durmiendo. La dejare un rato para que lo analice y vea su expediente clínico. Como sus padres no han venido a verlo pues es posible que cuando lo demos de alta se vaya a su organización
-Muchas gracias doctor, es un placer poder ayudarlo.

El medico se alejo dejando a María sola, al frente de la habitación del niño.

Nosotros nos acercamos a María. Ella nos saludo con una sonrisa, típico de ella.

-Pero ¿Cómo lograste entrar?
-Le dije al medico que venia de parte de una organización y que me había conmovido el caso. Y una larga historia, Bla Bla….
-Bien hecho, no sabia que habían humanos muy inteligentes-Le dijo Beckett

Creo que ese comentario fue una especie de felicitación de parte de el, pero no creo que María lo haya tomado así.

Los cinco entramos a la habitación
Ahí estaba el niño, con un suero de sangre conectado a la vena de su brazo derecho. Estaba tranquilo, tenía una marca de mordida en el cuello, casi por la yugular.

-Vaya…sabes no nos deberían poner esas bolsitas de sangre al frente de nosotros…se me abre el apetito.
-Shogo, saliendo vamos a comer ¿Vale?

El niño abrió sus ojos lentamente, quizá la conversación que tuve con Shogo lo había despertado de su profundo sueño.
El niño retrocedió un poco, pero Stephanie se le acerco y le cogio la mano.

-Cálmate, no hemos venido a dañarte
-¿Quiénes son ustedes?-Pregunto el niño con temor
-¿Ah? Pues…somos…somos vam…
-Somos Ángeles, tus Ángeles guardianes- Le dijo María para calmarlo
-¿Son Ángeles?-Le pregunto el niño
-Si, somos Ángeles
-¿Somos?-Dijimos Shogo, Stephanie y yo al mismo tiempo
Ella volteo a mirarnos para seguirle la corriente.

-Ah! Si, somos Ángeles guardianes enviados del cielo para cuidarte- dijo Stephanie
-Por Dios…esto no puede estar pasando- Murmuro Beckett bajando la cabeza
-¿Y como es el cielo? ¿Vieron a mi mamá? ¿Esta bien?
-Calma niño…somos “Ángeles”, una pregunta a la vez- Le dije al niño.

Había olvidado que a mi me irritaban los niños, sobretodo cuando hacían preguntas como “¿Porque esto es así?” y cosas por el estilo.

-Mira niño, quiero que te presentes. Dinos tu nombre- Le dijo María
-¿Mi nombre? Pero…ustedes lo deben saber, son mis Ángeles ¿No?
-Si María, somos sus Ángeles ¿No?- Le dije en tono de burla

Beckett lanzo una pequeña risa, luego se dirigió al niño

-Oye tú, ¿Te llamas Camilo?
-Si señor ángel

Shogo y yo nos reímos

-Señor ángel…muy gracioso niño.-murmuro Beckett mirándonos a Shogo y a mi – Dime Camilo, hoy mientras que hacías tus cosas sufriste un ataque ¿Sabes quien o que te ataco?
-No señor…no lo se
-¿No lo reconociste?
-No…estaba encapuchado, eran dos…uno me ataco a mi y el otro ataco a mi hermano. ¡Mi hermano! ¿Dónde esta? ¿Esta bien?
-No…el no aguanto el ataque y falleció-Dijo Beckett
-¿Qué? Pero ¿Ustedes lo pueden volver a la vida? Son Ángeles…podrían…
-No es posible, lo siento

El niño se puso a llorar.

-Mira, no llores…vamos a vengar a tu hermano.-Le dije
-¿Los Ángeles se vengan? ¿Eso no es malo?-Me pregunto
-Al parecer sabes muchos de Ángeles… ¿Sabes que los que te atacaron son seres llamados vampiros?- Le pregunte.

El niño abrió sus ojos. Mi pregunta lo había asustado

-¿Vampiros?
-Si, vampiros. Dime Camilo ¿Oíste algo mientras estabas conciente, después del ataque?
-No…bueno oí algo acerca de un bar…cerca del parque de Miraflores
-¿Parque? ¿Qué parque?
-Ese pe’ el del ovalo- dijo el niño
-No se dice pe’, se dice pues-Le dije
-Vaynard, olvida eso…un bar cerca al Kennedy…podría ser…-Dijo Shogo
-¿Tienes una idea de algún bar?- Le pregunto Stephanie
-Pues si…la verdad es que si. Hay un bar muy caleta al frente del parque Kennedy, si no me equivoco se llama El Taita.
-¿El Taita?, ¿El que queda al frente de la municipalidad?-Le pregunte
-Si, exacto. Yo siempre paro por ahí, es mas es un lugar concurrido por tres vampiros que son amigos míos, pero ellos son como Beckett
-¿Son como Beckett de carácter?
-No, para nada, sino no serian mis amigos…lo digo por que ellos no aguantan el sol.
-Bien, seguro esos dos encapuchados estarán ahí.

El niño se nos quedo mirando por un largo tiempo

-Señores Ángeles… ¿Creen que mi hermano y mi mamá estén en el cielo?

Nosotros nos quedamos mudos, no sabíamos que decirle. Si le mentíamos pues quizá el este tranquilo. Pero a mi no me gusta mentir, estaba a punto de decirle a Camilo de que yo no era un ángel sino un vampiro, y que posiblemente el también se vuelva un vampiro.

Stephanie se acerco a Camilo, le acaricio la cabeza y le dijo algo en el oído que solo María no pudo escuchar, pero nosotros si.

-“Ellos están en cielo, descuida…nosotros les mandaremos tus saludos”-Eso fue lo que le dijo Stephanie

-Vámonos, tenemos unos vampiros que cazar- Dijo Beckett
-Bueno Camilo, gracias por tu ayuda- le dijo Stephanie

Así los cinco nos retiramos del cuarto del niño.

-Shogo, Vaynard, ustedes tienen un día empezando de hoy para aprender el Protean, así que prepárense. Saliendo de aquí nos iremos a practicar.-Dijo Beckett cogiendonos de los hombros a Shogo y a mi.


Vaynard


1 comentario:

Yana dijo...

Muy interesante, la historia me atrapo, me muero por leer mas. Un beso grande