sábado, 9 de marzo de 2013

La Conversión de Shogo


Peru Blogs

Stephanie y Shogo salieron del lugar donde estaban conversando. Ya era muy tarde y casi no había personas en la calle.
-Es increíble que Vaynard te haya dicho que no sabe bailar.-Shogo estaba riéndose.
-No seas burlón Shogo, el hace el intento. Además si no aprendió a bailar cuando era humano, mucho menos lo hará ahora que es vampiro.
-¿Por qué lo dices? Tenemos toda una vida para aprender nuevas cosas.
-Si, es verdad, pero…
-¿Pero?
-Pero Vaynard no quiere ser un vampiro. No creo que haya disfrutado el hecho de perder a su familia, que lo cree un demonio; su empleo, sus antiguos amigos…debió ser chocante para el.
-Stephanie, ambos vimos lo que paso con la familia de Vaynard. Su propio hermano lo quiso matar. Eso no es normal, y su madre había planificado todo. Por otro lado, trabajo se puede conseguir y por ultimo nosotros somos sus amigos ahora.            
-Lo estimas mucho ¿No?
-Claro, el es mi amigo. No es como los otros vampiros que conozco, esos apostadores que les gusta andar de noche buscando chicas fáciles para tomar su sangre…
-¿Cómo tu?
-Pero que mal concepto tienes de mi Stephanie. Yo lo hago para saciar mi sed. Eso es todo.
-Eres un mentiroso.
-Quizá, si…después de todo el mundo de nosotros los vampiros esta sumergido en mentiras y mas mentiras.
-¿Beckett te dijo eso?
-Si, el viejo será un cascarrabias pero tiene buenos pensamientos.
-Si es verdad…-Stephanie se quedo mirando a Shogo-Y…tu… ¿Tienes familia?
-¿Familia?
-Si, familia, ya sabes, padre, madre, hermanos.
-Si, si tengo una familia, aun esta viva.
-¿Y ellos saben que tu eres vampiro?
-No…para ellos yo estoy enterrado. “Mori” en un accidente. Yo era el mayor de mis hermanos y el único heredero.
-¿Heredero?
-Así es, mi padre era japonés, había acumulado riquezas en la tierra del sol naciente. Vino al Perú y se caso con una peruana. Mi madre tuvo tres hijos, un varón, o sea yo, y dos mujeres. Mi padre murió cuando yo tenia 13 años así que, por tradición japonesa, yo era el heredero de mi familia hasta que…
-¿Qué paso?
-Una noche estaba paseando en mi motocicleta y…
-¿Motocicleta? Típico…
-…Me caí de la moto, sufrí un grave accidente. Los médicos no me daban esperanzas de vida.
-¿Y?
-Un día, una sombra entro en el cuarto del hospital, aunque yo no podía ver nada ni hablar sentí su presencia, una presencia fría, como si fuera…
-La muerte-Interrumpió Stephanie.

Shogo asintió.

-En ese momento, no se como saque fuerzas para abrir mis ojos, y fue cuando vi esa sombra, su mano estaba sobre mi frente, yo no sabia que hacer, si quedarme viendo o acumular fuerzas para gritar del susto. La sombra emitió una risa malévola que hizo estremecer mi corazón, y luego sentí un dolor tremendo en el cuello, la sombra estaba parada frente a mi, no hizo nada mas que tocar mi frente, no se que me mordió. De ahí no recuerdo nada más. Desperté en             el cementerio, al lado de mi tumba. Ya te puedes imaginar el susto que me pegue al ver mi nombre grabado en una lapida.
-Si me imagino…no es nada normal.            
-La palabra normal perdió significado para mí esa noche.-Le respondió Shogo a Stephanie. –Esa noche que vi mi nombre en una lapida entendí que la vida es algo tan hermosa como para desperdiciarla, claro, ya era tarde para mi por que yo estaba muerto…o al menos eso pensé.
-¿Qué paso entonces?
-Tu Sire, creador, como quieras llamarlo, Beckett, me encontró. Estaba aun mirando mi lapida cuando su voz me despertó del shock…

-Oye… ¡Oye! ¿Hasta cuando seguirás viendo esa tumba?-Un hombre alto, vestido completamente de negro y con unos ojos rojos como la sangre miraba fijamente a Shogo.
-Q... ¿Quien eres? ¿Y por que esa lapida dice mi nombre?
-¿Qué no es obvio? Esa lapida dice tu nombre por que esa es tu tumba. Estas muerto. Mucho gusto soy Beckett.
-¿Qué dices?
-Que estas muer…
-¡Ya se que estoy muerto!-Le grito Shogo – ¿Pero no debería estar dentro de la tumba, o en el cielo?
-¿Eras idiota  antes de morir o que? Tócate ¿Eres plasma acaso?
-No…
-Entonces no eres un fantasma.
-¿Entonces que soy?

Beckett suspiro. Dio unos pasos y se puso frente a la lapida de Shogo.

-Shogo Isumo… ¿Padres japoneses?
-Padre, si
-Lo suponía, escucha ¿Qué tanto sabes de los vampiros?
-¿Vampiros? Eso no existe.
-No lo creo chico. Los vampiros existen. Yo soy uno, tú también lo eres, y así hay muchos por el mundo.
-Espera…espera ¿Soy un vampiro?
-Y también eres sordo…Si, si eres un vampiro.
-OK. Mire anciano, no creo en vampiros, no soy un fantasma y es obvio que esa lapida es una maldita broma que me han jugado. Así que si me disculpa me retiro.
-¿A donde iras?
-A casa, por cierto, buen efecto el de sus ojos rojos, casi me creo el cuento de vampiros…vampiros, si como no-Dijo Shogo alejándose de Beckett sin mirarlo.
-Es de muy mala educación…-Beckett apareció justo frente a Shogo –Dejar a una persona hablando sola.

Shogo quedo sorprendido, la lapida donde estaba Beckett estaba a unos cuatro metros de distancia. Beckett miro a Shogo y sonrió. Dos largos y blancos colmillos sobresalían de su dentadura.
En ese momento Shogo entendió que Beckett decía la verdad. El era un vampiro, un no-muerto y se tendría que olvidar del sol y por ende de todo lo que el sol trae: Bloqueadores, bronceadores, rayos ultravioletas, cáncer de piel…después empezó a analizar bien la situación: Playa, bronceadores, chicas, bikinis, chicas en bikinis, concurso de camisetas mojadas…

-Oye ¿Estas bien? Te veo deprimido.
-¿Y te parece mal que este así, anciano? ¡El sol me mata!
-Ah…si…veras. El sol no te mata.
-¿Ah?
-¿Ah?-Beckett imito a Shogo-El sol no te mata, eres un vampiro fuera de lo común, un renacido.
-¿Un…renacido? ¿Es broma? Ningún vampiro soporta el sol, eso es más que obvio.
-Un vampiro tradicional no, efectivamente tendría quemaduras muy graves que tardarían mucho en sanar al recibir el mas ligero roce con algún rayo solar; pero los vampiros renacidos como tu no mueren con el sol, solo sus poderes son neutralizados.
-¿Y hay más como yo? ¿O soy el único?

Beckett sonrió, había visto algo en ese muchacho que no era muy común en los vampiros.
-Si, hay más como tu. Eso me recuerda que tengo una pequeña misión para ti.
-¿Y de que se trata? Por que si es algo como presentarme ante mi familia y decirles “¡Hey! No estoy muerto, bueno si, pero soy un vampiro” prefiero no hacerlo.
-No muchacho, no es eso. Solo necesito que encuentres a un grupo de vampiros como tu.
-¿Y que hay a cambio?
-¿A cambio?
-Si, a todo trabajo hay una recompensa.
-Bien, a cambio te diré quien es tu creador, seguramente el te podrá dar algo agradable, como dinero y mujeres ¿Eso te gusta no? Obviamente yo nunca hubiera convertido a un chico tan estúpido y banal como tu.- Beckett dio media vuelta y camino hacia la salida del cementerio –Y puedes demorarte todo lo que quieras, total no hay apuro, tienes toda una vida…ja, eso si fue gracioso…

Al inicio quise ubicar a mi creador por que me daría dinero y chicas y ¿Qué hombre no desea eso? –Dijo Shogo –Pero, días después me enteré que un vampiro tuvo ordenes por parte de mi creador de generar un accidente al heredero de la familia Isumo.

-Eso quiere decir…
-Si, ese sujeto quería volverme vampiro de alguna forma, y no se le ocurrió otra manera más simple de provocar un accidente y despojarme de todo lo que en vida tenia.
-¿Mujeres y dinero?
-No Stephanie…así no lo creas, lo que más extraño es mi familia.- Respondió Shogo – Me entere también que el vampiro que había causado el accidente paraba en diversos bares de la ciudad. Y fue así que decidí buscar a ese vampiro y también a mi maldito creador.
-¿Y fue así como diste con Vaynard?
-Si, ahora que lo pienso bien, no hay casualidades en esta vida. Vaynard también estaba en la búsqueda de renacidos y obviamente Beckett le había prometido que le diría el nombre de su creador.
-Aquí entre nos Shogo…si Vaynard llega a saber quien lo transformo en vampiro ¿Crees que lo asesine?
-Si, estoy más que seguro que lo hará.- Shogo guardo silencio por un instante –Lo que me recuerda que en nuestro primer encuentro, en donde casi nos matas tú dijiste que conocías a nuestro creador.
-Si, es verdad. Lo he visto un par de veces
-¡¿Qué?!
-Si, recuerda que soy la pequeña princesa de Beckett.
-¿Sabes su nombre?
-No
-¿No?
-No, solo se su seudónimo. Al parecer este sujeto le salvo la vida a Beckett dándole un poco de su sangre, sangre la cual yo adquirí.
-¿Y como se hace llamar?
-Hével, se hace llamar Hével
-¿Por qué usan nombres extraños? ¿No se pudo poner…no se…Raúl?
-Ese vampiro es muy antiguo, quizá tan antiguo como los hijos de Caín. Beckett solo lo volvió a ver dos años después de mi conversión. Es un sujeto extraño, vestía una tunica negra y una mascara con una decoración extraña en forma de rasguños de color rojo, como si un gran tigre le hubiera dado un zarpazo en el lado izquierdo del rostro.
-Bien, sabemos que es un vampiro antiguo llamado Hével que tiene un gusto extraño con su vestimenta y usa una mascara…será fácil ubicarlo.
-No lo creo…
-¿Por qué lo dices?
-“Yo te diré el por que chico Gangrel” –Una voz conocida se oyó en la oscuridad.

Stephanie y Shogo se volvieron a ver a quien interrumpía la conversación.
Era Karl Von-Shnaider, el Assamita desertor y ahora el más buscado en Henoc.

-Karl ¿Qué demonios haces aquí?-Pregunto Shogo
-Pensé que si los seguía encontraría a Vaynard, veo que me equivoque.
-¿Sigues con la idea de matarlo? –Stephanie pregunto un tanto preocupada
-No, no quiero matarlo, pero tengo que devolverle el favor que me hizo en el Rebel Blood.
-Bien, dudo que puedas vencer a Vaynard-Dijo Shogo -Ahora, ¿Por que dices que no podremos vencer a este Hével?
Karl miro con enojo a Shogo por el comentario, luego suspiro y dijo:
-Hével, si es que de verdad se llama así, fue uno de los objetivos prioritarios de los miembros del Justicar, incluso el príncipe negro Dominick puso una orden general en todo Henoc para buscarlo. Se envió una orden incluso al mundo humano que me llego cuando estaba en la fortaleza de los Assamitas, el Alamut. Dicha orden decía que debíamos capturar con vida a este vampiro, ya que era una gran amenaza para nuestro mundo y el mundo humano. Como era de esperarse los mejores asesinos calificados fueron en su búsqueda, incluso cuatro miembros de los Justicars fueron.
-¿Y? ¿Lo atraparon?
-Todos los doscientos vampiros voluntarios, menos uno, murieron, incluyendo a los cuatro miembros de los Justicars.
-¡¿Qué?!- Shogo y Stephanie estaban asombrados, ellos habían oído de la gran habilidad que un Justicar tenía en las batallas, sin embargo escuchar que cuatro habían caído sin contar el número de voluntarios era algo que no les cabía en la cabeza.
-Y eso no es todo, el único sobreviviente dijo que nunca se enfrentaron al tal Hével, solamente pelearon contra dos del grupo de Hével.
-Es broma ¿No? ¿Solo dos contra doscientos y además cuatro Justicars? ¡Es una locura!-Shogo estaba un poco exaltado
-Si, lo se, ni yo lo podía creer. Según fuentes de inteligencia son diez los miembros que se aliaron con nuestro supuesto creador y no todos viven en Henoc, la mayoría se oculta más allá de Henoc, cruzando las fronteras…
-Espera un segundo Karl- Stephanie interrumpió rápidamente- ¿Quieres decir que no solo es Henoc el continente? ¿Por qué nunca lo supe?
-Por que es clasificado niña, no todos los vampiros saben lo que hay más allá de las fronteras de Henoc, y en mi opinión estoy de acuerdo con eso, hay fuerzas que no comprendemos más haya de Henoc y al parecer esos diez son los más calificados para poder estar por esos lares.
-¿Alguna vez has ido más allá de Henoc? ¿Qué hay?- Stephanie estaba intrigada y emocionada, su asombro y temor por los ayudantes de Hével había desaparecido.
-No, nunca he salido de los límites de Henoc, excepto por el mundo humano, y tampoco quisiera salir a menos que fuera muy necesario. Miren, no es que me preocupe por ustedes pero no es muy inteligente salir de los limites solo por curiosidad y mucho menos para ir a buscar a vampiros que están más allá de su…nivel.
-De seguro Vaynard querrá ir a buscar a Hével y no le importara cruzar los límites de Henoc contal de encontrarlo.
-Que haga lo que quiera, es más si ustedes lo quieren seguir adelante, es el problema de ustedes. Yo no me arriesgare, tengo cosas pendientes que hacer en Henoc como limpiar mi nombre por ejemplo.

Karl se alejo de la pareja lentamente, después de todo había hecho su buena acción del día: Advertir a Shogo y a Stephanie que o salieran de los limites de Henoc o morirían definitivamente.

-¡Ah! Otra cosa mas Shogo- dijo a lo lejos Karl –Este tal Hével no solo creo a Vaynard, sino a ti, a Vladimir y a mí. Si tienes un poco de cerebro sabrás que ir a atacarlo seria una gran estupidez, nadie sabe donde esta y primero tendrían que vencer a sus diez guerreros. Piénsenlo bien chicos.

Diciendo esto Karl desapareció del lugar sin dejar rastro.

-¿Qué haremos?- Le pregunto Stephanie a Shogo.- Karl buscara a Vaynard y le dirá todo esto.
-Vaynard no lo pensara dos veces, el ira a buscar a ese tal Hével y créeme, lo buscara más allá de Henoc si es necesario.
-¿Por qué todo se complica justo antes del baile?-Dijo Stephanie haciendo una mueca de disconformidad. –Y asumo que como el compañero fiel que eres seguirás a Vaynard así tengas que salir más allá de Henoc ¿Verdad?
-Ya sabes la respuesta- Respondió Shogo con una sonrisa.


1 comentario:

Carolina dijo...

Sigues igual que siempre, buenas escrituras, me gusta perder tu página y luego con algún pretexto (como un sueño por ejemplo) encontrarla para seguir leyendo.
Sigue así.
Saludos.
Carolina :)