domingo, 17 de abril de 2011

Milagros y su famoso tesoro.

El cuartel de la Sociedad de Leopoldo estaba en silencio, ni el bullicio de los autos cerca a la avenida ni las voces de los guardias aturdidos comentando lo que el padre Rimara acababa de decir se escuchaban. Milagros había partido a buscar el Corpus Maleficarum dejándonos al padre rimara y a mi en el patio del CSL. Rimara estaba enojado pero su carácter calmado no hacia lucir mucho su enojo, era muy similar al carácter de Vladimir, lo que volvía al padre Rimara una persona bastante peligrosa.

-¿Por qué quiere un vampiro el Corpus Maleficarum?
-Hay información que quiero saber, y que ningún vampiro me quiere dar.
-¿Y como encontraste a Milagros?
-Nos conocimos en un bar, yo no sabia que era caza vampiros ni ella que yo era una de sus presas.
-¿Cómo paso entonces?
-Yo le había pedido a Milagros que acabe con mi vida. Ella accedió. -Espera. ¿Le pediste que te mate?
-Si -Pensé que los vampiros son muy aferrados a su nueva vida.
-Si, pues…no todos somos iguales.
-Pero aun no entiendo, si ella estaba a punto de matarte ¿Por qué tu sigues con vida y ella se convirtió en una de los tuyos?
-Un vampiro del clan Tremeré llamado Degónius nos ataco junto con su bestia Blautsauger, dejando al borde de la muerte a Milagros. No quería que su final fuera así, ella vive por una sola razón.
-La venganza.
-Si, al fin y al cabo ustedes la entrenaron para que esa venganza se hiciera más fuerte ¿No?
-La entrenamos para que acabe con la maldad que este mundo tiene gracias a ustedes. Nunca quisimos que se volviera una vengadora.
-Bueno ya conteste a tus preguntas. Ahora me toca preguntar Rimara.
-¿Qué quieres preguntarme?
-Primero ¿Fuiste tu quien envió a Milagros a buscarme?
-Si, fui yo.
-Bien, ahora ¿Qué tienen contra los vampiros renacidos? Porque no solo es tu grupo quien nos quiere muertos, sino algunos vampiros también.
-Ustedes son los vampiros que resisten la luz del sol, esa habilidad les permite camuflarse entre los humanos. Nosotros como grupo de elite del Vaticano estamos en la obligación de eliminar el mal de este mundo, y ustedes están dentro de esa maldad.
-Bien, ya voy entendiendo tu manera tan estúpida de pensar. Bien tercera pregunta y ultima ¿Por qué nunca le mencionaste a Milagros la ubicación de Lucita?
-Esa información no la puedo revelar, es información secreta.
-¿Tan secreta como los renacidos? No me sorprende al fin y al cabo la iglesia siempre oculta lo que no le conviene. Son unos hipócritas.
Rimara cambio su semblante tranquilo a uno enojado.
-Bueno, esa es tu manera de pensar, no te puedo obligar a cambiar de parecer. Sin embargo, como ya te explique mi misión es acabar con seres como tu. No me queda otra opción de acabar con tu existencia.

El padre Rimara realizo un rápido movimiento de su brazo derecho desenfundando una minigatling, una ametralladora muy potente, incluso más potente que las mini UZI que los guardias del CSL portaban.

-Esta arma tiene el suficiente poder de ataque para destruir a decenas de vampiros, destruir a uno solo no será problema.

-Le prometí a Milagros que no mataría a sus compañeros, pero creo que tendré que romper esa promesa. Saque mi glaicus y la active. Su hoja salió a la velocidad de un parpadeo.
El acero brillaba pidiendo sangre.
-Bien padre, ataque.
-¡No tienes que decírmelo!-Grito el padre Rimara presionando el gatillo de su ametralladora Gatling.
Ciento de balas salieron de los múltiples cañones de la ametralladora. Empecé a correr para esquivar las balas, aunque mi velocidad era superior a la de cualquier bala dispara por algún arma, la cantidad de balas que arrojaba esa ametralladora era suficiente para despedazar a un vampiro, y si yo cometía un pequeño error al esquivar esas balas podría acabar muy mal.

-¡¿Qué pasa Vaynard!? ¡¿Solo sabes correr?!

La lluvia de balas no cesaba. Parecía que las municiones del padre eran interminables. Si seguía corriendo esquivando las balas de alguna manera u otra las municiones se acabarían. Así que eso hice. Pero cuando empecé a aumentar mi velocidad el tiroteo desenfrenado del padre Rimara ceso. Rápidamente el padre empezó el proceso de recarga.

-Bien-Pensé –Hora del contraataque.

Corrí a toda velocidad con mi glaicus en mano a atacar a Rimara. Si no lo atacaba el volvería a atacar y aunque sea un vampiro siempre es preferible neutralizar al enemigo antes que vuelva a atacar.

-¡Elemental de viento!-Mi hoja de mi glaicus fue rodeada por una energía transparente pequeña pero lo suficientemente potente como para empujar a una persona a cinco metros de distancia. La energía acumulada en mi glaicus la lancé directamente hacia Rimara. El padre se cubrió rápidamente con su minigatling. El protean elemental de viento era un ataque básico que aplicado a distancia solo causaba que el oponente salga disparado, pero si era usado a una distancia muy corta, como cuando lo use contra Karl en el Rebel Blood podría causar grandes daños.
Volví a lanzar el ataque haciendo que el padre cayera de espaldas,pero el poder del elemental de viento se estaba agotando, aunque Beckett me había enseñado a usarlo solo podía lanzar como máximo tres de esos ataques, necesitaba una gran energía para poder controlar el elemental de viento, y si me agotaba al cien por ciento pues me haría falta mas que la sangre de un humano para recuperarme.
Rimara se levanto y volvió a apuntarme con su ametralladora, al parecer ya había cargado su arma.
-¿Eso es todo?- Me dijo Rimara con tono sarcástico apretando el gatillo.
Las balas volvieron a salir a una velocidad increíble.
Esquive rápidamente la primera ráfaga. Las balas cayeron cerca a donde yo estaba.
-Tus balas no sirven Rimara.
-Eso es lo que crees-Me dijo con una sonrisa malévola.
-¡¿Qué?!

Una explosión se origino de cada uno de los orificios que los impactos de balas habían dejado. Di un gran salto para escapar de la explosión y aterrice en el la parte destruida del segundo piso.
-¿Balas explosivas? ¿Cómo?
Rimara puso su ametralladora en su hombro y me miro.
-¿Sorprendido? Apuesto a que si. Estas balas son de gran ayuda por que no solo son incendiarias sino también explosivas.
-Esas municiones deben valer mucho, asumo que el Vaticano desembolso un poco de dinero para obsequiártelas ¿No?
-Así es chupasangre, tengo una misión que cumplir y si es necesario armas como estas para cumplir con la misión pues el Vaticano con mucho gusto me las dará. Rimara empezó a reírse como un lunático.
-Ya veo…si que son de lo peor.
Mi comentario obligo a que el padre dejara de reírse.
-Bueno ya te di un descanso, ahora te volveré polvo.
Rimara disparo hacia todas las direcciones, las explosiones se dieron casi en simultaneo. Ahora si estaba en aprietos.



Milagros estaba en una habitación del segundo piso cuando escucho las explosiones.
-Espero que Vaynard este bien. A ver, según el mapa, ese bendito libro debería estar por aquí.

El cuarto donde estaba Milagros era un cuarto amplio de madera con una luz muy tenue. La habitación no tenía muchas cosas de lujo, solo una cama, un velador y muchos libros en los estantes. En el medio de la habitación había un tapete con el símbolo de la Sociedad de Leopoldo.
-Nunca había estado aquí.- Milagros reviso detenidamente la habitación con asombro. Estaba asombrada y a la vez emocionada, ningún miembro del nivel de Milagros había entrado a dicho lugar, y eso que el rango de Milagros no era nada bajo dentro de esa organización.
-Este mapa debe estar errado-Dijo Milagros frunciendo el ceño. –Según el mapa el libro esta justo donde yo estoy, ósea en el medio de esta habitación…pero…pero no hay nada aquí mas que este gran tapete…Un momento.

Siempre he dicho que la intuición femenina es un don excepcional, y este don es mas excepcional cuando la mujer se vuelve vampiro, claro no es algo que este científicamente comprobado en el mundo humano, pero esa noche Milagros reafirmo dicho pensamiento. Ella miro detenidamente el gran tapete, lentamente empezó a retroceder sin perder de vista el medio del tapete.
-Te encontré.
Milagros corrió nuevamente hacia el centro del tapete, había encontrado un desnivel en la habitación, dicho desnivel estaba cubierto por el tapete del símbolo de la SL. Se apresuro a remover la cubierta y encontró una compuerta de madera.
-Vaya…una compuerta…quizá Vaynard no miente y en verdad la Sociedad tiene un grado de locura preocupante.- Milagros sacudió de un lado a otro su cabeza para que otro pensamiento ajeno a su misión no entrara en ella.
–Bien entonces el libro debe estar abajo. La compuerta que Milagros había encontrado llevaba a un almacén de no mas de treinta metros cuadrados. En dicho almacén había varios libros como para llenar un sector de la biblioteca nacional y al finalizar un ordenador encendido.
-¿Un ordenador? Que raro que no se haya apagado con las explosiones. En fin a indagar. Milagros era una experta en penetrar pequeñas bases de vampiros en ciudades pequeñas, incluso la SL la entreno en el arte del espionaje y el robo de información, era algo irónico que uno de sus mejores de la SL se pusiera en su contra solo por obtener información, al final nadie sabe para quien trabaja.

-A ver…a ver…listado de misiones, aja, si, ciudades, listo, Cancún, aja, si recuerdo esa misión, quedaron algunos con vida, que mas tenemos aquí, a ver…Renacidos, ciudades, Lima,…-Milagros estaba revisando un listado de información que la SL había recopilado de cada una de las misiones que había tenido. -Que mas tenemos…vampiros, objetivos peligrosos, Vaynard V. ¿V? ¿Por que será V?, si lo conocieran no es tan peligroso, a ver que mas, Marcus Holmes, no lo conosco, siguiente, Beckett ¿Beckett? Mmm...No lo conosco.
Milagros paro su búsqueda por un momento y se quedo mirando fijamente la pantalla del ordenador. Su mirada mostró nostalgia y furia.
-Nombre: Lucita, o Lucia de Aragón. Clan: Lasombra. Se le acusa por el asesinato de varios humanos y miembros de la Sociedad de Leopoldo. Sus últimas apariciones en Latinoamérica fueron entre los años 1999 y 2001, año en que asesinaron a la familia Grace Santos. Mas debajo de la descripción se mostraba una foto de la familia de Milagros, Sofía, Antonio y al medio la pequeña Milagros.
-Papá…Mamá…no saben cuanta falta me hacen.-Lagrimas de sangre bajaron por las mejillas de Milagros. Milagros seguía buscando información, no había tiempo para llorar por los muertos, ya habría oportunidad para eso.
-¿Donde estará toda la información que necesito saber…? Espera…dentro de este ordenador esta toda la información. No me puedo llevar el ordenador… ¿O si? Milagros busco el nombre del ordenador. Se quedo en shock por unos segundos al descubrí el nombre de la maquina.
-Corpus Maleficarum, el disco duro se llama Corpus Maleficarum. Lo encontré… ¡Lo encontré!
La ex – agente de la SL empezó a desamblar el ordenador, saco el disco duro y luego se dirigio a la salida de dicho almacén.
-Listo, ya tengo la información, ahora a rescatar a Vaynard.


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2 comentarios:

Unknown dijo...

HAY VARNARD!!!! COMO NOS HACIAN FALTA TUS REATOS, BUENO LO DIGO POR MI, ESPERO QUE HAYAS DESCANSADO MUCHO EN TUS VACACIONES Y ASI NOS PUEDAS ESCRIBIR MAS SEGUIDO, SALUDOS Y QUE ESTES MUY BIEN, A VER CUANDO NOS ENCONTRAMOS EN POR LA NOCHE =)

Karina saez dijo...

hola.. necesito urgentemente que hablemos tengo muchas cosas que preguntarte.. e leído 3 o 4 cosas de las que has escrito y necesito respuestas a algunas cosas de las cosas que me suceden desde que tengo memoria.. ojala pronto nos podamos contactar.. mi email es Kaariinaa.15@hotmail.com
chau :)